El castigo es un elemento básico en la educación de tu perro, sobre todo cuando es un cachorro. Te contamos las pautas básicas sobre cómo debes castigar a tu perro cuando hace una travesura.

¿Qué papel juega el castigo?

El castigo debe ser un acto educativo para que tu perro comprenda que no debe repetir la acción que acaba de realizar. El objetivo es tratar de que tu perro no reproduzca un comportamiento que no te gusta, pero debes hacerlo con calma. Lo mejor que puedes hacer cuando le castigues es privarle de algo que le gusta a tu perro (golosina, caricias, juegos, etc.) para que comprenda que no se ha portado bien.

¿Cuándo debes castigar a tu perro?

El castigo se debe producir justo después de que haya hecho algo malo, de lo contrario, tu perro no entenderá por qué le estás riñendo. Además, podría asociar el castigo a otra acción que haya hecho antes. Debes saber que en cuanto tu perro haga algo que no te gusta, debes repetir el castigo para que entienda que ha hecho una travesura. Por ejemplo, si orina en la alfombra, no lo dejes pasar, ya que tu perro no entenderá que no tiene derecho a hacerlo ya que no le has reñido. Ante todo, debes ser coherente en la educación de tu perro. Evita autorizarle a hacer determinadas cosas un día y luego negárselas al día siguiente. Otro punto importante: cuando veas que tu perro respeta tus órdenes, recompénsalo. Esto le resultará muy gratificante y entenderá que lo ha hecho bien.

Haz uso del castigo positivo

Debes esforzarte por ser lo más coherente posible en la elección y el momento del castigo. Debes saber que si castigas a tu perro de manera incorrecta, dejará de confiar en ti. Algo totalmente comprensible, ya que no sabrá qué hacer si te contradices todo el tiempo. Tu perro corre el riesgo de volverse asustadizo y agresivo, y empezarás a perder la relación fusional que compartes con él. Para no llegar a este punto, plantéate algunas preguntas antes de castigar a tu perro:

¿Le he autorizado a comportarse así en el pasado? En caso afirmativo, intenta no castigar a tu perro, ya que no entenderá por qué de repente no tiene derecho a hacerlo.

¿Es grave? En caso afirmativo, castiga a tu perro de manera autoritaria sin tener maldad. Si decides castigarlo, debes hacerlo de manera adaptada al comportamiento que ha tenido.

Jerarquiza los comportamientos que no debe reproducir, del más al menos grave, y fija los castigos, que variarán según el nivel de gravedad. Recuerda que si el castigo es muy severo, tu perro se puede volver agresivo o miedoso contigo, y esto no es lo que buscamos. Y de lo contrario, si tu castigo es muy flojo en relación a lo que acaba de hacer, tu perro ignorará tu castigo y seguirá haciendo lo mismo. No hay ningún maltrato en el caso del castigo positivo. Los castigos son solo una parte de la educación que das a tu perro para que entienda que debe obedecerte, y que de esta manera vuestra relación será fusional y equilibrada.

Diferentes ejemplos de castigo

Una cosa está clara: el castigo corporal está excluido, ya que se corre el riesgo de herir al perro o de traumatizarlo, y lo que es aún más importante, estropear la relación que tienes con él. Aunque esto le permite entender lo que no debe hacer, no le ayudará en absoluto a comprender lo que debe hacer en su lugar. Además, tu mano representa las caricias, por lo que si te sirves de ella para castigarlo le desestabilizará en gran medida, incluso si no le haces daño. Lo repetimos una vez más: el castigo debe estar adaptado a la travesura, pero también al perro. Por ejemplo, si un perro está muy apegado a su dueño, encerrarlo en una habitación (que no sea la «suya» al ser posible) y abrirle 10 minutos más tarde, una vez que se haya calmado, será un castigo eficaz. Abre la puerta silenciosamente para que comprenda que has pasado a otra cosa. A menudo, un «¡NO!» seco y severo acompañado de una mirada de irritación serán suficientes. De nada servirá que grites, concéntrate mejor en la entonación y en la postura, la cual debe ser lo más imponente posible (voz grave, cejas arqueadas, brazos en las caderas, cuerpo inclinado hacia delante…), y el mensaje será entendido. Más allá del castigo, debes felicitarle por las cosas que ha hecho bien. Un perro es inteligente, por lo que elegirá portarse bien de manera innata, ya que esto le aportará cosas positivas, y no aquellas que le pongan en un aprieto.

¿Cómo puedo estar seguro de que mi perro me ha entendido?

Durante el castigo, debes mostrarte autoritario, pero nunca nervioso. El nerviosismo solo incrementará la ansiedad de tu perro. El castigo tampoco debe durar horas, en cuanto tu perro se calme o baje la cabeza o los ojos, es signo de que te ha entendido, y en ese caso, de nada servirá continuar. Para que estés seguro de que tu perro ha entendido el mensaje correctamente, no debes cambiar de postura ni ceder. Si acabas de regañarle, no vayas a acariciarlo inmediatamente, a tu perro no le resultará coherente. Además, para evitar que te asocie como «el malo de la película» intenta que no seas siempre tú el que le castiga.

¿Qué debo hacer si el castigo no funciona?

Si tienes la sensation de que tu perro es miedoso o agresivo, que no le gustan ciertas personas, que orina en todos lados, y además no te escucha, significa que el problema es más importante de lo que pensabas. En ese caso, tendrás que ayudar a tu perro a volverse más sociable, y esto solo podrás conseguirlo con muchos ejercicios diarios. Hay multitud de contenidos en internet que pueden ayudarte, pero si los problemas con tu perro persisten, no dudes en acudir a un profesional. Un behaviorista canino te ayudará en esta difícil tarea, y tras esto, podrás tener por fin la relación fusional con tu perro con la que siempre has soñado.

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