Son tranquilos, independientes y los reyes de Internet, pero tienen ciertas particularidades.

Los gatos son los absolutos reyes de la indolencia. Y, pese a ello, se han convertido en los reyes de Internet para expresar cualquier tipo de sentimiento en cualquier contexto.

Convivir con un gato es una aventura apasionante y un continuo aprendizaje (muy diferente de la convivencia con un perro), pero tiene ciertas reglas que podrían reducirse a las mismas que rigen cualquier relación sana en el siglo XXI: déjame dormir y te dejaré dormir a ti.

Vives con un gato, no con un perro

Esto parece una obviedad. Conocemos las diferencias desde pequeños gracias a los libros de dibujos, pero muchos de los que se deciden a vivir con un gato siguen esperando de él el comportamiento de un perro fiel. "El perro es un lobo que se acercó a nuestras hogueras de cazadores al que hemos ablandado a palos, por eso tolera bien los gritos y la dominación. En cambio, el gato se acercó por voluntad propia a los graneros que construimos en el desierto, atraído por los roedores que se acumulaban en ellos. Por esta razón sienten natural curiosidad por los humanos y se enfadan para siempre si les castigas, o les gritas o se te ocurre golpearlo, aunque sea flojito" explica el ilustrador David Peña (Madrid, 1978).

Tu casa es su casa

Tú no tienes un gato, tú vives con uno. De hecho, casi podría decirse que él te permite vivir allí porque, a saber por qué razón, le has caído bien.

Los gatos son animales territoriales por definición. Un gato entiende por su territorio aquel lugar en el que se encuentran los recursos que necesita para satisfacer sus necesidades básicas y expresarse como gato. Y entiende que su territorio es suyo.

Los gatos son, pues, una suave bola de pelo con férreos principios liberales en lo que concierne a la propiedad privada. No le prives de su esquina favorita de la casa, aunque esa esquina seas tú.

Si duerme un día contigo, querrá dormir siempre contigo

Los gatos son independientes y muy suyos, pero tienen una cualidad de la que carece ese romance de una noche que nunca nos volvió a llamar: siempre querrán volver a dormir en nuestra cama.

Pero no pasa nada si duerme contigo

Según estudios publicados, entre otros, por el Animal Behaviour College, dos tercios de las personas que viven con gatos duermen con ellos. El encanto de todo esto no hace falta explicarlo: una criatura pequeña, peluda y suave que ronronea en la oscuridad. Entre sus ventajas están que calma el estrés del día y ayuda a conciliar el sueño. Entre sus inconvenientes, que su ciclo del sueño es muy diferente del nuestro y sus paseos nocturnos pueden despertarnos.

Tu gato te quiere aunque no lo creas

Pero no necesita montar números propios de amante codependiente cada vez que llegas a casa para demostrártelo.

Sencillamente manejan otro código, el de los cazadores nocturnos, el de los seres ágiles y sigilosos, parecido al de los jugadores de mus. Un pestañeo significa 'confío en ti'; un pestañeo algo más prolongado, 'te quiero'. Si alguien entra en casa y tu gato no se lanza a sus brazos, le ve como un signo de desprecio. Pero si llegas a casa y tu gato va corriendo a rascarse las uñas a su sitio favorito, así muestran la alegría del encuentro.

Pueden querer a otros gatos

Cualquier persona que haya decidido vivir con dos gatos te habrá contado lo fantástico que es a los dos minutos de conocerte.

Hay que tener al menos dos gatos. Son animales sociales y necesitan de semejantes. Sin embargo, el término "necesitar" no es el más apropiado. La gente no debe interpretar que es imprescindible para un gato la compañía de otro. Si el gato tiene sus necesidades básicas cubiertas, puede vivir feliz sin la compañía de otros. Si se quiere acompañar con otro gato perfecto, pero deben tomarse una serie de medidas para una presentación adecuada con la supervisión de un veterinario etólogo.

Adiós, ropa negra

Llevar pelo en la ropa puede parecer molesto y antiestético, pero a la vez hace que aquellos que desarrollan una feliz existencia compartida con un gato se reconozcan entre sí y se miren cómplices. El compañero de casa de un gato rápidamente se da cuenta de que hay una serie de cachivaches que antes parecían accesorios pero ahora serán imprescindibles:

A) Una aspiradora buena y potente. Es una inversión que merecerá la pena.

B) Unos rodillos quitapelusas con cinta adhesiva. Te presento a tu nuevo mejor amigo. La mala noticia es que puedes gastar uno o dos a la semana, la buena es que son realmente económicos. Y no los pruebes solo en la ropa: también son ideales para el sofá.

C) Un peine potente con púas de acero para el gato. Quita pelo muerto de nuestro amiguito y también sirve (ojo, truco) para eliminar los pelos que se quedan desperdigados por el sofá o la alfombra.

No te sientas culpable por darle cosas ricas de comer

Hay un gran debate entre los que viven con gatos: ¿son buenas las tarrinas? ¿Pueden comerlas todos los días? Debemos tener en cuenta la condición corporal de nuestro gato y su estado de salud. Si el gato está sano, no debería haber ningún problema en darles cada día un poco de comida húmeda o algún premio. Además, está comprobado que la comida húmeda (sean latas o tarrinas) es beneficiosas para su tracto urinario, ya que contiene un alto porcentaje de humedad. Es preferible siempre que la marca elegida sea de buena calidad y bien equilibrada.

Hay una cosa que les gusta más que cualquier tarrina

Cualquier cable a simple vista será todo un manjar para tu gato.  Procura tener todos los cachivaches con cables a los que tengas cierto cariño guardados en un cajón u ocultos en un organizador de cables

Tu gato envejecerá contigo y eso es maravilloso

Un gato callejero tiene una esperanza de vida de entre 3 y 6 años. Uno que vive en un hogar tiene una esperanza de vida de unos 12 años. Cuida bien de tu amigo. Hay casos en los que gatos domésticos han llegado a vivir hasta 20 años. ¿No es maravilloso poder envejecer los dos juntos?

Pero a veces la medicación puede llegar a abultar más que tu gato

Los laboratorios veterinarios, que son entidades con un sentido del humor perverso, hacen los fármacos en formato pastilla de algo así como diez centímetros de diámetro. Laboratorios que nos lean: hagan fármacos de un tamaño acorde a la boca de nuestros felinos.

Si tu gato tiene que caerse de una ventana, mejor que lo haga de un piso treinta que de un piso cuatro

Esto tiene una explicación sencillísima: a mayor altura, más tiempo tiene el gato para poder recolocarse en el aire y caer en la mejor posición posible, haciendo que las lesiones sean menos severas.

Pero mejor no jugársela. Si vivimos en pisos altos y a nuestro gato le gusta asomarse al balcón, siempre será mejor tomar precauciones para evitar accidentes.

No te preocupes si tu gato no ronronea, pero tampoco te creas que todo va bien porque lo haga

Hay muchos estudios en cuanto al ronroneo de los gatos y hoy en día todavía no están del todo claro algunos aspectos del mismo", asegura Mármol. Lo que sí se ha visto es que lo hacen en determinadas situaciones como pueden ser los gatitos cuando están siendo amamantados por su madre, o también los hacen cuando los acariciamos, pero no solo un gato ronronea en contexto de bienestar: lo pueden hacer cuando están enfermos o heridos y hay varias teorías que tratan de explicar el porqué.

No compres. Adopta

Ni un gato ni ningún otro animal. Cientos de gatos valientes, simpáticos y solos en el mundo que viven en asociaciones y refugios (atendidos por los recursos finitos de sus voluntarios) matarían por dormir en tu cama, retapizar con sus garbosos pelos tu sofá, ronronear en tu regazo y adornar las fotos de tu cuenta de Instagram hasta quintuplicar tu número de seguidores.

Fuente: El País

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