Siempre hay una clara razón por la que los dichos existen. Y que se diga que el perro es el mejor amigo del hombre es una muestra clara de ello. Un perro amado y feliz es capaz de crear un vínculo increíble con su familia humana.

Algunos perros llegan a desarrollar un instinto protector hacia su familia, tomando actitudes agresivas ante quien consideren una posible amenaza.

Su instinto protector

Aunque el perro lleve siglos junto al hombre, lo cierto es que no se ha logrado despojarlo de su instinto salvaje. Aún conserva el comportamiento propio de su especie, sobre todo en supervivencia y el cuidado de la manada.

En una familia con niños pequeños y bebés, el perro sentirá la necesidad de protegerlos de personas desconocidas y de otros perros. 

Todos los perros son capaces de manifestar este instinto de protección, aunque suele ser más fuerte en razas que han sido adiestradas para la defensa, como el pastor alemánel rottweiler o el dóberman.

Parte de la manada

Algunos investigadores afirman que el perro reconoce a la familia humana como su manada. En cambio, otros aseguran que los identifican como el grupo socialal que pertenecen.

De este grupo social el perro recibe cariño, alimento y cuidados, por lo que ante cualquier posible amenaza siente la necesidad de proteger a sus miembros.

Esta protección suele extremarse cuando se trata de los miembros más pequeños de la familia, como niños ybebés. El perro es capaz de percibirlos como los seresmás inofensivos y dependientesdel grupo, quienes necesitan su ayuda.

Por eso, no es raro que cuando vayas al parque con tu bebé y tu perro, éste permanezca alerta. Ésto incluso puede ocurrir en tu propia casa, cuando hay visitas de personas que el animal no conoce. Hay personas que han sido rescatadas por sus perros, como de morir ahogados o alertadas de un intruso en casa.

Cuando se trata de bebés, muchos perros tratan de dormir cerca suya, ya sea bajo la cuna o en la puerta.

Reforzar el vínculo entre el niño y el perro

Si el perro lleva más tiempo en el hogar que el bebé o viceversa, siempre se debe estimular la buena relación entre ellos. Debes premiar conductas positivas y dejar que jueguen y se conozcan, siempre bajo la supervisión de un adulto. Un muy bien puede ayudarle a entender que el bebé es algo bueno y que debe estar cerca tranquilo.

A medida que el niño crezca, querrá pasar más tiempo con el perro y tirarle de las orejas, por ejemplo. Es por eso que debemos evitar posibles incidentes que el perro pueda malinterpretar. Más adelante sí podremos guiar a nuestro hijo hacia una correcta relación. Cuando hablamos de bebés debemos ser nosotros quienes protejamos al perro de las situaciones incómodas.

Eso sí, es muy importante que nunca regañes a tu perro delante del bebé o después de estar con él. Podría asociar su presencia con el castigo o con actitudes negativas hacia él, lo que fomentaría el rechazo inmediato del pequeño.

A medida que el niño vaya creciendo, irá aprendiendo sobre responsabilidad y amor hacia los animales. Los dos se convertirán en grandes amigos y el amor entre ellos será incondicional.

¿Tu perro lleva bien la convivencia con los pequeños de la casa?

Fuente: Experto Animal

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