Elegir una raza de perro que no te corresponde puede tener pésimas consecuencias. Estos son los puntos más importantes que debes tener en cuenta para hacer la elección correcta.
Descubre de lo que eres capaz por tu perro
La mejor manera para no equivocarte a la hora de elegir la raza de perro que quieres adoptar es planteándote la siguiente pregunta: ¿qué puedo ofrecerle a este perro? Mucha gente se dice: «quiero un perro tranquilo», «quiero un perro que me proteja», «quiero un perro así o asao»… Ahora bien, si estudias las razas y te preguntas qué quiere el perro, tendrás más posibilidades de acertar. Si haces esto, no se te ocurrirá optar por un chihuahua para proteger una gran propiedad con piscina incluida. Esto puede parecer evidente, al igual que lo hace el hecho de que no vas a elegir un pastor alemán para que te haga compañía, pero sin embargo, es el error más frecuente a la hora de elegir la raza de perro: evaluar de manera incorrecta sus necesidades o subestimarlas.
Si esto ocurre, no es porque la gente no se informe lo suficiente sobre las razas. Al contrario, sobre este tema muchas personas se hacen expertas. Es porque por una serie de razones, algunas razas les atraen más y se preguntan: ¿este perro está hecho para mí? Sin embargo, tan solo cuando atiendas a las necesidades de tu perro, él responderá a las tuyas. Obviamente, el pastor alemán hace compañía, pero al contrario que un chihuahua, necesita mucho más para ser feliz. Y ya sabemos que con un perro feliz se convive mucho mejor.
Necesidades: equilibrio entre cuerpo y mente en un perro
Las razas de perro creadas para llevar a cabo una tarea específica, como la vigilancia, la caza o la protección de rebaños, tienen unas necesidades más importantes que las razas de perro de compañía cuando hablamos de actividades físicas y mentales. Un perro es una unidad «de cuerpo y alma»: se preparan tanto física como mentalmente para unos objetivos específicos. Una siempre va acompañada de la otra. No lo olvides, sobre todo cuando leas los estándares o descripciones de razas. Evidentemente, muchas razas desarrolladas para trabajar viven hoy en día con familias y no con militares, cazadores o pastores.
Estos perros son más exigentes en cuanto a necesidades se refiere, y son más felices cuando tienen la posibilidad de hacer algo parecido a lo que estaba previsto en un principio (hablamos de «utilidad»), pero también pueden hacer ejercicio y aprender a «realizar tareas» a través de diversas órdenes variadas.
Incluso hay algunos animales que no aprenden gran cosa y son felices. Ocupan su tiempo diario con actividades que les gustan. Por ejemplo, podemos imaginar a un pastor alemán creciendo en el jardín de sus dueños, pasando una parte de su tiempo examinando lo que ocurre detrás de la valla. No está adiestrado para montar la guardia como el 99,99 % de los perros de familia, pero hace lo que le gusta: observa, vigila, comprueba todo, etc.
A lo mejor se le debería haber enseñado a no ladrar en exceso… o a lo mejor no. Además de las necesidades del perro en función de su raza, también existen diferencias importantes entre las especies.
A un perro le encanta hacer aquello para lo que ha sido creado. Luego ya depende de nosotros enseñarles más o menos cosas. En cualquier caso, necesita estar ocupado. La gran mayoría de la gente no tiene que hacer un gran esfuerzo con los perros de compañía. Han sido creados para que les encante hacer compañía. Para ocuparse bien de un perro cuya raza es más exigente, hay que reunir ciertas condiciones, y no bastará con un poco de tiempo libre, y aún más si el perro no es dócil.
Saber más sobre la docilidad del perro
En el mundo de los perros, la palabra «dócil» no implica que el perro sea obediente. Simplemente indica si la raza ha sido creada para contentarse al cooperar con las personas. ¿Por qué no es lo mismo? Te preguntarás. Pues bien, el caniche, cuyo estándar dice que es «apto para aprender y ser adiestrado», es un perro que encontrará una enorme satisfacción aprendiendo todo tipo de cosas contigo y pasando todo el tiempo que pueda a tu lado. No obstante, un caniche puede ser perfectamente desobediente si no haces lo adecuado. Esto se aplica a todas las razas de perro.
Para algunas razas, cooperar contigo no es lo que más les interesa en la vida. Un buen ejemplo de ello es el perro de montaña de los Pirineos. Este perro está destinado a proteger a los rebaños de los animales salvajes y se le ha adiestrado para que sea capaz de trabajar sin el hombre. Como cualquier perro independiente, tomará la iniciativa sin ti. Si tienes un rebaño de ovejas, será el perro ideal, pero para que te escuche en casa, el trabajo que debes hacer no tiene nada que ver con el que harías si se tratase de un caniche. Al igual que hay caniches desobedientes, también hay perros de montaña de los Pirineos obedientes. Tenemos que comprender que para alguien que ya tiene experiencia, mucho tiempo libre y vive en un entorno adaptado al perro, este trabajo no le resultará restrictivo; mientras que para alguien que aún no tiene experiencia, poco tiempo y que solo puede ofrecerle el espacio estrictamente necesario a un perro nacido para vivir al aire libre, esto se volverá una pesadilla.
Tu entorno debe estar adaptado a tu perro
Cuando vayas a elegir una raza de perro, debes ir más allá y no preguntarte únicamente si ese perro podría vivir en un apartamento, ya que este no es un entorno en sí. Tan solo es uno de los factores del entorno que se le puede ofrecer a un perro. Otro de los elementos son los recorridos de los paseos diarios o el número de horas durante las que te ausentas a lo largo del día. Si te ausentas durante mucho tiempo de manera diaria, esto creará un entorno cotidiano pobre en interacciones para el perro, y hay algunas razas que no lo llevan bien. Para compensarlo, te debe quedar tiempo y energía que dedicarle una vez que llegues a casa.
El entorno puede complicarte la vida con algunas razas de perro. A veces, el problema está en que los dueños no han tomado la delantera: con algunas razas de perro y en determinados entornos, hay que hacer un esfuerzo diez veces superior en su educación y su socialización, desde el primer día que llegan a casa hasta que se hacen adultos. Y por otro lado, hay algunas razas que por mucho que hagas nunca se adaptarán al entorno. En ese caso, deberás separarte de tu perro. Por lo tanto, presta atención a las necesidades de tu perro, las cuales son muy importantes en términos de actividad física, así como de estimulación mental, ya que ambas requieren muchísimo tiempo e implicación por tu parte. Y no pases por alto el entorno en el que vives, el cual podría exigirte aún más trabajo.
Para elegir la raza de perro de manera correcta, tienes que preguntarte qué puedes hacer por él, y no qué puede hacer él por ti. Cuando hagas feliz a tu perro, él también te hará feliz, pero nunca al contrario.