Nunca sabremos por lo que ha tenido que pasar un perro que vive en la calle. Maltrato, abandono... Por eso no es de extrañar que un perro callejero desconfíe de la gente. Miles de razones hay hoy en día.
Saint fue encontrada una mañana vagando por las calles de Brooklyn buscando un sitio seguro donde resguardarse. Permaneció durante varios días en su "escondite" hasta que la gente empezó a darse cuenta de su presencia cuando sacaban a sus perros a pasear.
Muchas personas intentaron ayudar a Saint, pero la perrita no dejaba que nadie se acercara. El pobre animal estaba aterrorizado, hasta que la persona adecuada lo consiguió.
El rescate de Saint
Gina Gregorio recibió un mensaje de texto de su vecina alrededor de las 8 de la mañana, preguntando si había escuchado la historia de Saint. Fue entonces cuando Gina decidió sacar a su perro Saltie a pasear e ir a ver a Saint por sí misma. Cuando llegó, Saint todavía estaba muy asustada, pero Saltie supo exactamente qué hacer.
"Estaba encogida y un grupo de personas, con sus respectivos perros, estaban tratando de ayudar", contó Gina. "Cada vez que alguien intentaba acercarse a ella, gruñía y se ponía rígida. Fui a un restaurante y los muchachos me dieron un par de pechugas de pollo. Ignoró los pedazos que le arrojé, pero mi perro subió lentamente los escalones y comenzó a comerlos ".
La idea de que esa comida se desperdiciara no tenía sentido para Saltie, así que subió sigilosamente los escalones y comenzó a comer el pollo delante de Saint. Tan pronto como Saint vio a Saltie comiendo la comida, ella inmediatamente comenzó a relajarse. Ver a otro perro tranquilo cerca parecía ayudar a Saint a creer que todo iba a estar bien. Ambos perros empezaron a comer uno al lado del otro. Poquito a poco, Saint empezó a entender que aquella gente estaba ahí para ayudarla.
El comienzo de una nueva vida
Finalmente, Saint se tranquilizó lo suficiente como para permitir que algunas personas se le acercaran, y la llevaron de inmediato a un refugio para animales en Brooklyn. Cuando llegó por primera vez al refugio, Saint todavía estaba increíblemente asustada, y le aterrorizaba la idea de que alguien se le acercara. Sin embargo, después de que el personal la sacara a jugar, Saint salió de su caparazón y se convirtió en un perro completamente diferente.
A Saint le encanta jugar, llamar la atención y recibir todos los mimos posibles, siempre a cambio de besos. Si bien todavía puede ser un poco tímida al conocer gente nueva, se adapta con el tiempo. A pesar de sus comienzos difíciles, Saint tiene un corazón inmenso y muchísimo amor que dar. Ahora, todo lo que la perrita necesita es un hogar y una familia que la quiera y cuide para siempre.
¿Tu perro tenía también problemas de confianza al principio?
Fuente: The Dodo