"A parte de ser un perro mayor, me dijeron que tenía un cáncer de piel bastante avanzado y no le quedaba mucho tiempo de vida. Y pensé: pues vamos a hacer que el tiempo que le quede valga la pena."
Cuando Melani Andrews decidió adoptar un perro de un refugio, tenía un tipo particular en mente: quería llevarse el perro más viejo del refugio y el que tuviera más dificultades para encontrar un hogar.
Los últimos años habían sido difícil para Andrews, de 72 años y de Galt, California. Primero, perdió a su marido. Luego, perdió a su querida Lola, una Staffordshire terrier, que había sido un gran consuelo para ella en los tiempos difíciles.
"Me sentía desanimada y un poco deprimida", comentaba Andrews. "Mis nietos vinieron una noche y dijeron: 'Abuela, necesitas a alguien que te haga compañía. No puedes sentarte aquí sola todo el día.'"
Una adopción te cambiará la vida
Hace dos semanas, Andrews hizo caso a sus nietos y se fue a Front Street Animal Shelter en Sacramento, California, para adoptar un nuevo miembro de la familia.
"Quería ayudar a alguien - un perro - como Lola nos ayudó, así que les dije que quería el perro más viejo que tuvieran, el que nadie quería, y que quería adoptarlo", dijo Andrews. "No me importa si está enfermo, no me importa si el refugio puede ayudar con las facturas. No tengo mucho dinero, pero estoy seguro de que tengo suficiente para cuidar a un perrito."
El personal del refugio llevó a Andrews a una caseta donde vivían tres diminutos perros. Uno de los perros era Jake, un Terrier de 12 años que había sido recogido de la calle hacía unos meses.
"Dos de los perros me ignoraron, pero Jake se acercó y comenzó a aullar", dijo Andrews. "Así que les dije: 'Parece que se quiere ir, y me lo llevaré.'"
El personal del refugio estaba encantado de que Andrews hubiera escogido a Jake, pero necesitaban informarle sobre sus problemas de salud. Jake tenía un cáncer de piel terminal, también estaba sordo y parcialmente ciego.
"Me dijeron que tenía cáncer y que no le quedaba mucho tiempo de vida", dijo Andrews. "Y pensé: 'Vamos a hacer que el tiempo que le quede valga la pena.'"
Los trabajadores de Front Street Animal Shelter estaban encantados.
Una nueva oportunidad para Jake
"Fue increíble porque ella fue una de las pocas personas que realmente dieron a este perro una oportunidad, y se podía decir perfectamente a partir de ese momento de lo emocionado que estaba el perro de tener la oportunidad de salir del refugio", Bobby Mann, el Coordinador de relaciones públicas de Front Street Animal Shelter comentaba. "Jake era uno de los perros que más tiempo llevaba aquí. Teníamos la esperanza de que alguien como ella viniera y le diera la vida que él merecía."
Antes de que Andrews y Jake abandonaran el refugio, alguien les hizo una foto. Parece que ambos se están riendo, pero Andrews explicó lo que realmente estaba pasando.
"En realidad él está ladrando despidiéndose de los trabajadores que habían puesto sus esperanzas en él", dijo Andrews. "Y yo me estaba riendo porque de verdad estaba sacando todas sus fuerzas para seguir ladrando. Le dije: 'bueno, ya veremos cómo esto funciona', y terminó pareciendo que ambos nos reíamos al mismo tiempo."
Cuando Jake entró en el coche de Andrews, al principio estaba muy nervioso. Pero pasados unos cinco minutos, se relajó.
"Él puso su cabeza en mi mano derecha, y tuve que conducir hasta casa con la mano izquierda", recuerda Andrews. "Era como si estuviera diciendo, 'vale, vamos a ver cómo lo hacemos juntos.' Era muy lindo. Nunca me había pasado nada parecido con ningún otro perro.
Jake, un perro no tan callejero
Una vez llegaron los dos a casa de Andrews, Jake se sintió rápidamente como en casa.
"Por la forma en la que se movía por la casa supe inmediatamente que ese perro había vivido en otra casa antes. No ha debido de estar mucho tiempo en la calle hasta que le recogieron. Sabía cómo subirse a la silla y colocarse para estar cómodo. Daba vueltas sobre ella, se acostaba y se quedaba plácidamente durmiendo."
"Quizás le tenga en casa por un año, tal vez dos si tengo suerte", dice Andrews."Pero cuando se marche, sabré que se va feliz por el cariño que ha tenido durante sus últimos días."
Puede que Jake tenga poco tiempo, Pero Andrews está haciendo que cada minuto sea un tesoro.
"Cada día me sorprende con algo distinto", comenta Andrews. "Nos hemos caído bien mutuamente. Creo que sabe que lo amo porque viene y se frotará contra mí y así es cómo me pide que le rasque la espalda. Y entonces me da pequeños golpes con su nariz. Y un perro que no sabe que alguien lo ama no haría nada por el estilo."
Fuente: The Dodo
Mishuellas L