Los gatos suelen ser maníacos de la limpieza. Las causas por las que deja de hacer sus necesidades en el arenero son diversas. Aquí te de ellas.
Una urgencia inesperada
Es posible que las circunstancias sean apremiantes, y la naturaleza puede explicar el por qué. Si tu gato sufre una diarrea inesperada o una cistitis con presencia de sangre en la orina, el dolor y la necesidad de expulsar los deshechos no le suelen permitir al gato poder llegar hasta el arenero.
A veces, los gatos expulsan de manera desordenada las heces bajo los efectos de un miedo inesperado, como un ruido u otro animal, y lo hace en el sitio en el que ha sido sorprendido y atemorizado.
Un abandono de las tareas domésticas
El arenero no siempre reúne las condiciones de limpieza requeridas, y las heces y la orina justo al lado del arenero lo corroboran. Es la forma que tu gato tiene de decir «No está lo suficientemente limpio para mí». Lo que puede estar un poco descuidado para ti, puede resultar inaceptable para él, y esta puede ser otra explicación.
Al igual que ocurre con las personas, la sensibilidad de los gatos es un tema muy personal. Algunos gatos son unos maníacos de la limpieza, y no toleran ir al arenero si este tiene un ápice de suciedad, mientras que otros son más tolerantes. Por ello, debes revisar la limpieza del arenero, o preguntarte si no has cambiado la arena. Pensando que le estás haciendo un bien a tu gato, puede que sea todo lo contrario, ya que tu felino puede que tuviera una preferencia por la anterior, etc.
Una aversión adquirida
El entorno que rodea al arenero puede haber sido modificado por un cambio en el mobiliario, como un nuevo mueble, un montón de libros, o incluso la llegada de objetos insólitos para tu gato, como los robot aspirador, que se ponen a funcionar automáticamente. Todo lo que pueda sorprender a tu gato en el momento en el que cree estar tranquilo en el arenero, puede provocar una aversión evidente por el lugar, del que huye inmediatamente. Dado que ya no se siente seguro en su arenero, utiliza otros lugares como la bañera o la ducha (que a decir verdad se parecen más a una bandeja) y tienen la ventaja de estar siempre limpios y nítidos.
Un dolor que incapacita
Con la edad, atravesar el arenero puede ser todo un calvario para tu gato debido a la altura, por lo que este preferirá detenerse delante del arenero e instalarse cómodamente para hacer sus necesidades. No te enfades con él, ya que en el momento en el que constates los daños, tu minino ya lo habrá olvidado. Ofrécele un arenero más bajo o instala una rampita de acceso. No dudes en consultarlo con tu veterinario, ya que el dolor de la artrosis se puede controlar fácilmente, haciendo así la vida de tu gato mucho más agradable. Si pones a tu gato bajo tratamiento analgésico o antiartrósico, notarás una gran mejora en su comportamiento diario.