Un perro puede ser miedoso porque lo han maltratado, tiene inseguridad o falta de confianza... En este artículo te damos las claves para solucionarlo.

¿De dónde viene el miedo?

Saber el origen del miedo de tu mascota es importante para poder remediarlo más fácilmente. Por regla general, todos los perros pueden ser miedosos o fóbicos. Este rasgo no depende de la raza o del tamaño, sino de lo que haya vivido. Por ello, un perro que no haya sido acostumbrado a estar rodeado de otros perros o de personas durante sus primeros meses de vida, podría verse solo e inquieto en presencia de nuevos individuos. Puede ocurrir lo mismo con los ruidos desconocidos (camiones, fuegos artificiales, música, etc.) si no ha tenido nunca que enfrentarse a ellos. De manera general, los perros tienen miedo de lo desconocido, es decir, de muchas cosas. Por ello, es importante que se confronte al cachorro al mundo exterior desde el principio para que se integre y acepte su entorno. Los tres primeros meses de vida son decisivos.

Algunos perros también pueden ser tímidos por naturaleza. En ese caso, no debes ponerte de los nervios con él, sino acompañarle en todas las situaciones en las que no esté cómodo. El miedo también puede ser el resultado de un traumatismo que haya trastornado al perro profundamente.

Socializar

La mejor manera que tiene el perro de superar sus miedos es enfrentándose a ellos directamente. Llévalo al centro de la ciudad contigo para que descubra el bullicio de una calle frecuentada y el ruido de la carretera. Ve poco a poco si tu mascota no está acostumbrada. En el caso de un perro miedoso de casi todo, te recomendamos que lo saques todos los días por el vecindario al menos media hora para que aprenda a seguirte y a confiar en ti. Durante estos paseos, debes andar rápido y cambiar de dirección sin pararte. Tu perro se verá obligado a seguir tu ritmo y se dará cuenta a lo largo de las sesiones que no existe ningún peligro cuando pasea cerca de ti, incluso cuando seas tú el que toma la decisión. Haz este ejercicio durante un cuarto de hora, y utiliza los otros 15 minutos para jugar con él con ayuda de su juguete preferido en un lugar tranquilo. Al divertirse, tu perro se centrará en otra cosa que no sea sus miedos y le cogerá el gusto a salir.

Además del mundo exterior, tu compañero de cuatro patas también debe socializar con sus congéneres y con otras personas. Invítale a conocer el máximo de perros posible, y déjalo que se quede en la misma habitación en la que tú estás cuando recibas invitados. Si no tienes niños en casa, otra buena idea es que salga a conocer algunos. Los niños pueden ser una fuente de desconfianza y de angustia para el perro de cara a los gestos incontrolados y a la actitud diferente e incluso sorprendente para el perro, pero éste debe comprender que no representan un peligro.

Si tienes un perro que ha vivido toda su vida en una caja, es muy posible que desconfíe de ti, su dueño. En ese caso, ponle una correa a tu perro y anúdala a tu cinturón. De esta forma, tu perro no tendrá otra opción que seguirte a todos lados y acabará por acostumbrarse a tu presencia y al final se dará cuenta de que no tiene por qué temerte. Prueba este ejercicio durante una semana y podrás ver los resultados en los días venideros.

Soluciones contra perro miedoso

Una buena actitud

Tu actitud es determinante para tu mascota, ya que puede contribuir tanto a disminuir su miedo como a aumentarlo. Al principio, no tengas el reflejo directo de tranquilizarlo mimándolo, esto ratificaría sus miedos ya que probaría que tiene razón al desconfiar. No le hables y no le acaricies hasta que no esté completamente tranquilo. No dejes que su miedo atraiga tu atención, de lo contrario querrá continuar. Sin embargo, en cuanto salga de su estado de pánico, felicítalo encarecidamente. Para confrontarlo al problema, no tires de la correa ni le regañes si se para asustado. No lo fuerces, de lo contrario podrías aumentar su miedo. Mejor suéltalo y dale tiempo para que comprenda que no hay ningún peligro.

Sé firme en los momentos en los que le ayudes contra sus fobias para que no le duren para siempre. No dejes que se esconda bajo un mueble, mejor fabrícale un rinconcito confortable en un lugar despejado. En resumen, todos estos malos reflejos deben desaparecer, trabajándolos cada día.

Si se trata de una fobia que deriva de un traumatismo, se le debe infundir confianza. Una buena técnica suele ser la siguiente: pasa un rato con tu perro jugando con él con su juguete preferido en un lugar que conozca bien. Tras esto, haz que se enfrente a lo que le asusta, pero desvía su atención con el juguete antes de que entre en pánico. Adáptalo en función de la fobia. Lo importante es proceder progresivamente, aumentando poco a poco la dificultad.

También debes aceptar que tu perro progrese a su ritmo y que algunos días serán mejores que otros. Tu peludo puede tener periodos de regresión, pero en ese caso, no debes enfadarte con él o desanimarlo, sino perseverar, por el bien de tu mascota y de vuestra relación.

¿Te has tenido que enfrentar a este tipo de situación? Cuéntanos tu experiencia en los comentarios.

Necesitas estar registrado en Yummypets para poder comentar este artículo.
Crea tu propia cuenta en Yummypets al instante.