Te traemos un resumen de las enfermedades más frecuentes que afectan a las tortugas.
Carencias
- Carencia de vitaminas: para prevenirla, se debe variar la alimentación de la tortuga y hacerla disfrutar del sol al máximo.
- Carencia de calcio y rayos ultravioletas: una alimentación equilibrada evitará una carencia en calcio. La falta de calcio o de rayos ultravioletas (contacto directo con la luz del sol) transforma a la tortuga y la vuelva amorfa, y su caparazón blando. Estas tortugas son denominadas como tortuga de concha blanda.
Tortugas de concha blanda
Ciertas alteraciones del cuerpo afectan más a las tortugas de concha blanda, también conocidas como tortugas de caparazón blando:
- Estreñimiento: causado por una alimentación muy seca. Se debe bañar a la tortuga en agua templada varias veces al día y proporcionarle una alimentación rica en fibras. Si no se obtiene ningún progreso, se le puede dar un poco de aceite de parafina.
- Diarrea: los orígenes son diversos (parásito intestinal, choque térmico, desequilibrio alimentario, etc.), pero este desajuste será temporal si la tortuga se alimenta y vive con normalidad.
- Deshidratación: para prevenir la deshidratación, la tortuga siempre debe tener agua a su alcance. Una tortuga con los ojos hundidos y que deja de orinar estará seguramente deshidratada.
Las enfermedades
- Anorexia: una tortuga enferma tiene tendencia a dejar de comer. Por ello, la anorexia suele aparecer como consecuencia de otras patologías. La anorexia también puede estar causada por el estrés engendrado debido a un cambio en el entorno (nuevo terrario, muerte de un compañero, etc.) o por una alimentación no adaptada.
- Neumopatía: los veterinarios son las únicas personas capaces de determinar el origen de la neumopatía, la cual puede estar provocada por un virus, una bacteria o un parásito. Podemos intuir que la tortuga padece una neumopatía si esta respira con la boca abierta haciendo ruido, si está débil o anoréxica.
- Rinitis: que provoca derrames nasales. Se le deberá aplicar un anthihelmíntico antes de ser tratada con antibióticos si la rinitis ha sido provocada por un micoplasma.
- Septicemia: provocada por una infección localizada no curada que se expande en todo el organismo. La tortuga se siente abatida y se pueden observar manchas rojas en sus miembros o en su plastrón.
- Estomatitis: infección producida en la cavidad bucal, por lo general tras la hibernación o cuando la tortuga está muy débil. Cuando esta afecta a la lengua, se habla de glositis, provocando anorexia e hipersalivación.
- Absceso: un cúmulo de pus localizado en la piel de la tortuga que precisa obligatoriamente de una intervención quirúrgica.
- Dermatitis por humedad: la tortugas que viven en terrarios pueden sufrir un exceso de humedad, razón por la cual pueden aparecer pequeñas vesículas en su piel o en su caparazón. Si se trata a tiempo, aplicando, por ejemplo, betadine en las zonas afectadas, la tortuga se curará sin problema. Si el tratamiento no se hace de manera correcta, sus escamas pueden caerse, lo que provocaría una sobreinfección de los huesos.
- Retención de los huevos: una tortuga hembra en gestación muy estresada o que no encuentre un lugar tranquilo para cavar, no será capaz de poner sus huevos. La tortuga estará inquieta y a menudo anoréxica, por lo que habrá que llevarla a un veterinario.
Los parásitos
- Garrapatas: en cuanto veas una garrapata, debes empaparla en éter y a continuación extraerla con una pinza de depilar. Se recomienda aplicar una loción antiséptica durante varios días en el lugar en el que la garrapata haya chupado la sangre.
- Miasis: están causadas por larvas de moscas que se instalan en la piel, pudiendo engendrar así heridas profundas. En este caso deberás ponerte en contacto con un veterinario.
- Protozoos y gusanos: se debe proporcionar un vermífugo a la tortuga para evitarlos. Provocan pérdida de peso, diarrea crónica y deshidratación.
Si tu tortuga ya ha sufrido una de estas enfermedades o afecciones, no dudes en contárnoslo y en darnos tus consejos.