Hoy nos centramos en la mediación animal, un método que permite ayudar a los niños pluridiscapacitados.

¿Qué es la mediación animal?

La mediación animal es una terapia en auge en niños pluridiscapacitados. Esta terapia le permite al niño desarrollar su potencial afectivo, motor y cognitivo gracias al contacto con los animales.

Permite desarrollar diferentes campos de intervención, tanto terapéuticos como educativos o psicológicos. Muchos niños son poco receptivos al mundo que los rodea, pero esta situación suele cambiar hasta que los mediadores proponen tocar a un animal, que suele ser en la mayoría de los casos un perro. En la mayoría de los casos, el comportamiento del niño cambia radicalmente.

Por otro lado, en las residencias para personas de la tercera edad, la presencia de un perro permite estimular la memoria de las personas mayores gracias a los ejercicios establecidos para ellas, ya que se acuerdan de los momentos que pasan con los animales y con el resto de personas. Así, el animal crea una interactividad que probablemente no habría sido posible sin su ayuda.

Por si esto fuera poco, este tipo de terapia también se utiliza en las prisiones, ya que mejora las relaciones sociales entre los presidiarios y la de estos con los guardias. El respeto que los presos profesan hacia los perros que los visitan se muestra de una manera muy significativa. La presencia de los animales les permite reconciliarse con ellos mismos y su carácter se vuelve más atento y responsable. Además, se les devuelve la esperanza y las ganas de vivir gracias a que los presos se deben ocupar de la alimentación y cuidados de ciertos animales. Y se ha observado una disminución de la tasa de suicidio.

La mediación animal como complemento de las terapias clásicas

La mediación animal suele emplearse como complemento a una terapia más convencional como, por ejemplo, la balneoterapia, la kinesioterapia o incluso la pediatría. El objetivo es crear un programa único adaptado a las necesidades de cada niño. El trabajador en mediación animal elabora este programa junto con el educador o el médico especialista que realiza el seguimiento del niño.

Objetivos de la mediación animal

El objetivo principal es el de proporcionar cierta satisfacción al niño para que este pueda desarrollar su potencial afectivo, motor y cognitivo. Se apuesta por todo aquello que desarrolle los sentidos, y en especial el tacto, gracias a las manos, los pies, el cuello y las orejas.

Durante las sesiones, los intervinientes, acompañados de los educadores, determinan cual es el animal que mejor se adapta al niño. Algunos niños trabajan, por ejemplo, la coordinación motora o el control de gestos estereotipados lanzando una pelota a un perro. Otros, por el contrario, apostarán por la estimulación sensorial a través del sentido del tacto, la sensación de la textura de los pelos, el calor animal, el olor, los ruidos, etc.

La mediación animal no se limita únicamente a los niños, también puede ser un método efectivo en personas adultas que encuentren dificultades para desarrollarse en un entorno social o afectivo, así como en personas adultas a las que les cueste tener una opinion positiva de ellas mismas.

Se debe estimular y valorar las iniciativas que el niño llegue a tomar. Cada progreso conlleva una verdadera alegría en todas esas personas que acompañan a estos niños en su día a día. Los niños, respecto a ellos, son capaces de recordar de una sesión a otra hasta qué punto son capaces de progresar.

¿Confías en este tipo de terapia? ¿Crees que es eficaz?

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