Separarse puede ser un momento muy difícil tanto para tu perro como para ti. Sin embargo, como todo en esta vida, controlar la ansiedad por separación también se aprende. No te pierdas nuestros consejos de hoy.
¿Por qué mi perro entra en pánico cuando me voy?
Primero de todo, debes saber que la ansiedad por separación en los perros está asociada a la convivencia con el hombre. Cuando los perros viven con otros perros, no sufren de ansiedad por separación. Esta angustia suele deberse a que le das mucho cariño. Estás tan vinculado a tu perrito que en cuanto te vas, es como un ascensor emocional para él: pasa de tener muchísima atención y amor a absolutamente nada.
El pasado y la raza del perro pueden tener una gran influencia en este problema
Algunos perros son muy dependientes de sus dueños, y esto varía según la raza y el pasado. Este problema es más evidente, por ejemplo, con el jack russel terrier. Los perros que han sido abandonados también son propensos a la ansiedad por separación. Asimismo, si a tu perro lo dejó su mamá sin haber sido destetado, será más frágil y, desafortunadamente, tendrá más posibilidades de sufrir este problema. Durante la fase de destete, la perra enseña a sus cachorritos a no estar tan apegados a ella dejando de responder a sus peticiones. Después de esta fase, es importante que la persona que adopte al cachorrito continúe con este aprendizaje enfocado en la soledad.
Algunos acontecimientos familiares pueden conllevar a la ansiedad por separación
Aunque tu perro no sea propenso a la ansiedad por separación, algunos acontecimientos pueden facilitar la aparición de este comportamiento. Especialmente una mudanza o la reanudación del trabajo tras haber estado una temporada en paro. Muchos perros reaccionan de manera brutal tras estos eventos que desencadenan la ansiedad por separación. Por lo tanto, deberás asegurarte de que tu perro comprenda mientras lo estás educando que habrá momentos de soledad, ya que esto formará parte del día a día. Para ello, debes evitar responder a todas sus demandas y peticiones, y no lo acostumbres a determinados hábitos cuando te vayas o vuelvas a casa.
¿Qué trucos puedo usar para reducir la ansiedad por separación?
En un primer momento, es importante que le muestres a tu perro quién es la persona a la que debe obedecer imponiéndole reglas del día a día. Un perro bien adiestrado se sentirá seguro y seguirá a su dueño de buena gana, sin quejarse en absoluto.
Aprendizaje diario
Adiéstralo y enséñale órdenes de base como, por ejemplo, «siéntate», «túmbate», «quieto», «ven aquí», etc. Esto le dará unas bases y te ayudará en el futuro. Por otro lado, es difícil trabajar la parte mental de un perro sin trabajar el físico. A un perro lleno de energía le costará escucharte y obedecer tus órdenes. Por ello, el adiestrador de perros Cesar Millan aconseja una buena sesión de ejercicios antes de educarle. Una vez que tu perro haya gastado toda su energía, estará más tranquilo y relajado, y te escuchará mejor. Haz que se siente o se tumbe en su caseta o espacio habitual, y luego, ordénale que se quede ahí. Una vez que esté tumbado, retrocede delicadamente, y si se va, vuelve a empezar el proceso y haz que se tumbe en su caseta, de manera tranquila, sin irritarte ni llevarlo tú mismo. Es él el que tiene que hacer el trabajo, no tú. Una vez que llegue a permanecer en su caseta, quédate en la misma habitación pero sigue con tus cosas para que tu perro se acostumbre a portarse bien donde le has pedido que lo haga. Tras esto, eres tú el que decidirá que puede salir de la caseta. Llámalo y toma la iniciativa de darle una golosina, jugar o pasear a modo de recompensa. Importante: no es el perro el que debe traer la correa o su juguete, tú eres el líder, por lo que eres tú el que tiene que decidir. Después, repite esta operación yendo a otra habitación y fingiendo que te vas. Quédate fuera de la casa para vigilar su reacción. No entres en cuanto veas que ladra, de lo contrario habrá entendido que tendrá tu atención cada vez que lo haga y que volverás. Empieza por unos segundos, luego alárgalo por unos minutos y más adelante sal a comprar el pan. Importante: enséñale a tu perro a que no te siga a todas partes. Haz esto varias veces al día. Tu perro no debe ser tu sombra, y repitiendo estos ejercicios, entenderá que no está obligado a pasar todo el tiempo contigo, lo que facilitará la separación cotidiana. Una vez más, necesitarás tiempo, pero la mayoría de los problemas podrán resolverse. Tan solo necesitas ser paciente y tomar el control de la situación.
Consejos adicionales:
- Inventa pequeñas astucias para tranquilizar a tu perro como, por ejemplo, encender la radio o colocar en su caseta una vieja prenda de ropa impregnada en tu perfume. Si tu perro es un cachorro, puedes intentar poner un reloj entre las mantas de su cesta. Esto lo tranquilizará ya que asociará el tic-tac del reloj a los latidos del corazón de su madre.
- Ignora a tu perro o instálalo en su habitación 20 minutos antes de que te vayas. Un simple «Ahora vengo» será suficiente. Haz lo mismo cuando vuelvas, ignóralo o déjalo en la habitación hasta que se calme, y luego felicítalo. Empieza con momentos no muy largos, para que tu perro se acostumbre progresivamente. Después de felicitarlo, te recomendamos una pequeña sesión de juego, tu perro apreciará aún más tu método de educación.
- Utiliza un difusor de hormonas de apaciguamiento, que ayudará a tu perro a relajarse.
- Asiste a una terapia de comportamiento con un behaviorista canino.
- Consulta a tu veterinario, la ansiedad por separación puede ser muy compleja y esconder otros problemas. Tras el diagnóstico, tu veterinario podrá prescribir una medicación adaptada si fuera necesario, que ayudará a tu perro a relajarse.
Por último, no olvides que tu fuerza mental influye enormemente en el comportamiento de tu perro. Si no estás seguro de ti mismo, será difícil que tu perro te tome en serio. Deberás comportarte como un verdadero líder, es lo que tu perro espera de ti.