El invierno llega y tu gato se muere por salir fuera. Pero, ¿es bueno para él? ¿Corre peligro por algo? Hoy te contamos cómo protegerlo del frío.

Dejar a un gato al lado de la estufa: sí y no

Si tu gato tiene la costumbre de salir a lo largo del año, estará habituado a las variaciones de temperatura y a las clemencias del tiempo. Gracias a lo cual, su pelaje se espesa y su pelo es más impermeable. Por ello, no es necesario prohibirle que salga. El invierno atrae mucho a los gatos, y en especial la nieve, que les fascina gracias a su textura. En este caso, para proteger a tu gato del frío, tan solo necesitas que entre en casa de vez en cuando para que se caliente, sobre todo si la temperatura está por debajo de los 0 °C.

Si tu gato es más bien casero, déjalo al lado de una fuente de calor, sobre todo cuando granice o nieve. Podría tener miedo o perderse y no saber cómo volver a casa.

Una alimentación más rica en nutrientes

Si tu gato suele estar fuera, necesitará más energía para luchar contra el frío en invierno. Por ello, no dudes en aumentar su ración entre un 10 y 20 %, ya sea aumentando la frecuencia de las comidas o dejándole el comedero a su disposición. Sin embargo, si tu gato no sale, ningún cambio en su alimentación será necesario.

Puedes optar por una alimentación húmeda, ya sea en lata o en sobre. Este tipo de alimentación es ideal para aportarle a tu gato todos los nutrientes esenciales y las proteínas que necesita sin riesgo de aumentar su peso de manera excesiva.

No olvides dejarle a disposición un bol de agua fresca, la cual deberás renovar con frecuencia. También puedes apostar por alimentos húmedos en los días más fríos.

Precauciones que debes tomar

Cuando tu gato vuelva de su salida invernal, préstale atención. Si su pelo está mojado, sécalo rápidamente y prepárale un sitio al lado de una fuente de calor. Esto le evitará un resfriado o sabañones.

Los sabañones, que son lesiones debidas al frío, se presentan bajo forma de pequeñas hinchazones rojas muy dolorosas. Se suelen presentar en las zonas más sensibles, como las orejas, las almohadillas y la cola. Si observas sabañones en tu gato, no los toques y hazle una visita a tu veterinario. Puedes calentarle las patas con una toalla caliente y húmeda de manera temporal, pero no frotes, sobre todo si tiene arena o sal para la nieve.

Evita aplicar crema hidratante, ya que no están diseñadas para los animales. Los remedios de abuela, como la untura de manteca de cerdo, también deben evitarse. Tu gato podría resbalarse y si se lame, su alimentación sería demasiado grasa, lo que podría provocarle una diarrea.

Proteger a un gato mayor del frío

Si tu gato es mayor, el frío puede provocarle dolores articulares. No dudes en hablarlo con tu veterinario para informarte sobre los diferentes tratamientos preventivos.

Y tú, ¿qué haces para proteger a tu gato del frío?

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