Esta mujer soldado en Afganistán ha realizado un bonito acto de solidaridad al salvar a un gatito un tanto especial.
Una mujer soldado enamorada de los animales
Desde hace ocho años, Christine Bouldin forma parte de la Armada americana. En 2008, acabó su traslado en el aeródromo de Bagram.
A Christine siempre le han gustado los animales. En la armada se ocupaba de analizar las señales transmitidas sobre el terreno. En una de estas ocasiones, oyó que un gatito y su madre fueron vistos en la base.
Los gatos eran salvajes y estaban muertos de hambre. La salud del gatito era bastante preocupante. El pobre no paraba de tropezarse cuando intentaba caminar.
Día tras día, Christine intentaba encontrarlos para darles de comer y de beber, y les llevaba atún y leche. Se encariñó rápidamente de los gatos, y decidió llamar al peque «Felix».
Christine necesitó bastante tiempo para ganarse la confianza de los gatos, pero Felix comprendió que ella solo quería ayudarles y que si permanecían a su lado podrían seguir con vida.
La amistad entre Christine y Felix
La joven soldado decidió informarse sobre la enfermedad de Felix. Escribió el equivalente de «gato con parkinson» en Google y encontró decenas de vídeos. Al parecer, Felix sufre de hipoplasia cerebelosa, una enfermedad que afecta a los gatitos cuyas madres sufren de panleucopenia felina.
La hipoplasia cerebelosa no se puede curar, pero tampoco empeora. Afecta a la zona del cerebro que controla la motricidad fina, provocando que los gatitos afectados no puedan tener movimientos fluidos. A pesar de su discapacidad, Felix está feliz y goza de buena salud.
Un día, Christine no pudo ir a darle de comer a Felix. Estaba preocupada de no poder volver a encontrarlo, así que pidió a un amigo que construyera un pequeño refugio en el que podría alimentar a Felix dos veces al día.
Al final de su misión, Christine sabía que no podía volver a Estados Unidos y dejar a Felix en ese estado, por lo que empezó a buscarle una familia de acogida. Un rayo de esperanza iluminó su vida cuando la veterinaria de la base le habló de una mujer americana que vivía en Kabul y ayudaba a los animales. Esta mujer, que responde al nombre de Pam Constable, aceptó cuidar de Felix mientras que Christine encontraba una solución para llevárselo con ella. Para Christine fue una tortura separarse de Felix, pero sabía que era por su bien.
Una familia feliz
A finales de la primavera de 2009, Christine pudo repatriar al gatito. Pagó la cantidad de 2000 dólares para que Felix pudiera ir a Carolina del Norte, el lugar al que fue a buscarlo.
Actualmente, Felix vive en Colorado con Christine, su marido, y otro gatito que responde al nombre de Gus. Los dos gatitos se han hecho inseparables y son muy felices.
La enfermedad de Felix seguirá necesitando de cuidados importantes, pero Christine no se arrepiente de nada. La familia está muy feliz y Felix se duerme indemne.