Hoy os traemos diferentes consejos para que tu perro sea una mascota limpia y aseada.
Es importante comenzar la educación de un perro desde la más pronta edad. Cuanto más tiempo pase, más difícil resultará cambiar los hábitos de tu perro, aunque no imposible.
Regla fundamental: ármate de paciencia. Un perro es un poco como un niño: necesitas tiempo, paciencia, y saber que puede ocurrir algún que otro incidente durante el aprendizaje.
Lo que debes hacer
Saca a tu perro con regularidad, lo ideal sería por la mañana al levantarte, tras la comida del mediodía, tras la sesión de juego y antes de ir a dormir. Sácalo con correa, y si vais a un lugar cerrado especial para perros, quítasela. Cuando haga sus necesidades, felicítalo.
Astucia de Victoria Stilwell (educadora canina inglesa): puedes cronometrar el tiempo entre el momento en el que bebe y el que hace sus necesidades. A continuación, puedes sacarlo a pasear tras este intervalo de tiempo.
Si lo pillas con las manos en la masa, un «No» firme será suficiente. Tras esto, condúcelo fuera o al lugar que tiene para hacer sur necesidades. Si no puede parar y su tamaño te lo permite, no dudes en cogerlo y llevarlo fuera, y felicítalo al máximo para las gotitas que queden y haga fuera. No olvides limpiar el rastro que ha dejado en casa (sin que te vea), y no te obsesiones demasiado, a fin de cuentas, tendrás que limpiar menos a largo plazo. Sé consistente y paciente. Gracias a esta técnica, comprenderá que si hace sus necesidades fuera, será recompensado, y si lo hace dentro, recibirá un duro «No».
En tu ausencia
Asegúrate de pasear con tu perro durante un buen rato antes de irte. Puede que no tengas mucho tiempo y te resulte difícil, pero haz lo máximo posible. Un paseo corto será mejor que nada. Restringe los lugares a los que tu perro puede acceder. Esto te evitará tener que limpiar toda la casa. Además, los perros se estresan un poco más en los grandes espacios.
Una caseta cerrada
Algunas personas son adeptas de las casetas de perro cerradas. Este método está especialmente expandido en Estados Unidos. Asegúrate de que vea la caseta como un sitio dedicado a él: allí podrá comer, dormir, descansar… y no como un lugar de castigo. Una vez que se acostumbre a su caseta, primero con la puerta abierta y luego con la puerta cerrada, pídele que se dirija a la caseta y luego cierra la puerta. Por lo general, los perros no aprecian hacer sus necesidades en los sitios en los que comen o duermen, así que ándate con ojo: si no lo sacas antes de irte y le entran muchas ganas, no podrá retenerse de manera indefinida.
Las alfombras o toallas
Muchas personas utilizan alfombras, toallas o trapos para que su peludo pueda hacer sus necesidades en casa. Este método es muy popular en Japón. Es un método bastante práctico cuando vivimos en un apartamento y no tenemos la posibilidad de volver a casa al mediodía para sacar al perro. Sin embargo, cuidado: tu perro no es un gato y necesita salir para hacer sus necesidades fuera. Te aconsejamos que en cuanto vuelvas, des un buen paseo con tu perro.
Nota: si, por ejemplo, utilizas una toalla, tu perro no hará distinción entre la que puede usar para hacer sus necesidades y la que no. No la coloques en cualquier lado y no dejes cualquier toalla tirada por el suelo.
Pedir un favor
Puedes pedirle a un pariente cercano o vecino que saque a pasear a tu perrito durante tu ausencia, o incluso contratar a alguien para que lo haga.
Las necesidades durante la noche
Un paseo antes de acostaros es lo ideal. No olvides retirarle el agua por la noche, sobre las 9. Puedes darle algunos cubitos de hielo de vez en cuando antes de que vayáis a acostaros para aportarle las necesidades de líquidos sin tener que darle en exceso. No olvides rellenar su bol con agua fresca en cuanto te despiertes.
Problemas de salud
Puede que nuestros compañeros de cuatro patas tengan algún que otro problema de salud. Si, a pesar de todos tus esfuerzos y de tu paciencia nada funciona, observa a tu peludo de cerca para poder anotar el momento en el que se produce el accidente, podría ocurrir incluso cuando duerme. Y no olvides consultarlo con tu veterinario.
Lo que no debes hacer:
- Regañar a tu perro cuando haga sus necesidades en casa durante tu ausencia. No asociará tu descontento a su pipí, sino a lo que está haciendo en el momento en el que le echas la reprimenda, como, por ejemplo, cuando viene hacia ti.
- Empaparle la nariz con su orina.
- Limpiar delante de él. Lo tomará como un juego y lo volverá a hacer para jugar más tiempo contigo.
- Limpiar con lejía: a los perros les encanta este olor. Utilízala para limpiar su comedero, pero evítala en los lugares en los que tiene la costumbre de hacer sus necesidades, esto tan solo le incitará a volver a empezar. Opta por productos con olor a limón o a vinagre.
Recetas limpiadoras caseras
- Limpiador para todos los usos y desinfectante: en un recipiente, vierte 0,5 litros de agua, 2 cucharadas de vinagre, 1 cucharada de bicarbonato y 15 gotas de aceite esencial de limón. Agita con fuerza antes de cada utilización. Se puede utilizar diluido o como desinfectante puro.
- Para moquetas y alfombras: se aconseja limitar las zonas con moquetas o alfombras, ya que en estas se acumulan microbios y suciedad. Esparce un poco de bicarbonato sódico y, a continuación, rocíalas con agua avinagrada, y frota con un cepillo. Es una buena solución para retirar todos los pelos incrustados.
- Limpiar el pipí del sofá: seca los residuos, enjuaga la zona del sofá y esparce bicarbonato sobre las manchas. Frota con una esponja embebida en un poco de jabón lavaplatos o rociada con vinagre blanco (ojo: en poca cantidad, ya que su poder decolorante no será neutralizado por el bicarbonato y puede desteñir un tapizado frágil). Para los residuos de excrementos, opta por una solución a base de cristales de sodio, desengrasante y desodorante. Las trazas «frescas» de sangre se disuelven en agua salada fría. Si la sangre se ha secado, añade al agua algunos cristales de sodio y un chorro de agua oxigenada. Sé prudente, ya que esta mezcla puede desteñir: haz una prueba previa en un lugar escondido.
- ¿Y para desodorizar? Vinagre de lavanda. Vierte 4 cucharadas de vinagre de sidra en un vaporizador de 200 ml, unas 10 gotas de aceites esenciales (eucalipto/menta o lavanda/menta a partes iguales), y rellena el bote con agua de manantial. Agita y vaporiza. También lo puedes utilizar sobre tu perro.
Lo más importante es que seas paciente y constante con tu técnica de educación. Tu compañero aprenderá mucho más rápido si eres positivo.