Si te encantan los animales y planeas viajar a Japón, te recomendamos no perderte la isla de Okunoshima.
La isla de Okunoshima, a la altura de Hiroshima
Durante la Segunda Guerra Mundial, numerosos investigadores elaboraron fórmulas para crear gases mortales en Okunoshima. En aquel momento, la isla era una base científica militar y no tenía nada realmente bucólico.
Poco a poco, tras estos años sombríos, los viejos edificios que fueron destruidos, así como los restos de la base militar, han sido remplazados por la naturaleza, que ha retomado sus derechos.
Un lugar bucólico
Hoy, la isla de Okunoshima se ha convertido en un agradable lugar de descanso y de paseos. Los conejos, otrora cobayas, también han retomado sus derechos y han invadido la isla para la alegría y el deleite de los visitantes. En la isla se pueden comprar golosinas por unos cien yenes (algo menos de un euro) para alimentar a los conejos.
En Okunoshima no encontrarás ningún cazador, ya que los conejos son los reyes.
Si estás planeando un viaje a Japón, y concretamente a esta isla, debes saber que es accesible por ferry, que se puede tomar en la bahía de Hiroshima. También cabe la posibilidad de alquilar bicicletas en la isla para descubrirla en profundidad.
Os invitamos a ver este vídeo de una turista que fue a la isla de los conejos, es irresistible:
Fuente: Vivre le Japon