"No tengo ni idea de cómo ha podido funcionar, cómo hemos podido salvar a tantos perros, cómo hemos podido lograrlo, pero lo hemos conseguido."
Betty Walter necesitaba que alguien le ayudara a salir de las inundaciones de su hogar, y desde luego no iba a irse sin sus perros.
Walter, una mujer de 44 años dedicada a rescatar perros de la calle, había visto cómo las inundaciones del huracán Harvey llegaban hasta el interior de su casa, en el sureste de Houston. Pero en lugar de pensar en sí misma, se preocupó por los 20 perros bajo su cuidado: 4 suyos, 7 los tenían de acogida y el resto eran perros de vecinos y de la calle que no tenían refugio durante la tormenta.
Cuando el agua empezó a inundar su hogar, Walter decidió subir a 17 de los 20 perros al ático para que no se ahogaran. Los 3 restantes eran demasiado pesados para alzarlos.
"Eran demasiado grandes, no pude meterles en el ático con el resto", dijo Walter. "Así que les hice una especie de escalera con todo lo que pude encontrar por la casa para dejarles lo más alto posible."
Pero ésto era tan solo una solución temporal. Walter sabía que todos tenían que salir de esa casa lo antes posible.
"Contacté con todas las personas que conocía que también rescataban perros y todos ellos estaban intentado enviarme ayuda, sacarme de allí, pero había muchísimo agua por todas partes. Seguíamos llamando al 911, a la Guardia Costera, la Cruz Roja. Varios conocidos consiguieron llegar a la estación de bomberos, pero les dijeron que no se podían llevar a los perros. Salvar a la gente era su principal objetivo.
Walter entendió por qué los bomberos no querían llevarse a sus perros, pero la ansiedad se apoderaba de su cuerpo y mente. En ese momento llevaba unas 14 horas esperando a que alguien llegara con ayuda. "Simplemente no quería que me olvidaran en el ático. No quería que nos olvidaran allí", dijo Walter.
Walter decidió salir afuera, subirse al techo de su furgoneta y pedir ayuda. Y finalmente llegó.
Un hombre llamado Buck Beasley había llegado en un barco de fondo plano para rescatar a una mujer enferma con un dispositivo médico que no podía mojarse de una casa cercana. Pero cuando Beasley llegó allí, la mujer ya había sido evacuada.
Así que Beasley y otros dos hombres miraron alrededor de la zona para ver si alguien más necesitaba ayuda.
"Cruzaron la calle y empezaron a buscar, y se encontraron con un hombre llamado Junior y su Doberman", dijo a Amy Beasley, esposa de Buck Beasley y voluntaria de Bay Area Pet Adoptions, un refugio de animales. "Y mientras mi marido los estaba cargando, los otros dos chicos fueron a la siguiente casa, donde estaba Betty con sus perros."
Uno de los hombres le preguntó a Walter si necesitaba ayuda, y ella le contestó le contestó que sí, pero le explicó que no se iba sin sus perros.
"Él dijo 'vale, trae a los perros'", dijo Walter. "Y yo le contesté, 'tengo bastantes perros.'"
Beasley y los otros ayudaron a Walter a trasladar a los 20 perros de su casa al barco. Walter puso tantos perros en jaulas como pudo, pero a otros tuvieron que llevarlos en brazos al barco, y no fue fácil.
"Algunos de ellos cayeron al agua y estaban tan aterrorizados que incluso llegaron a morder", comentó Walter. "Y conseguir meter en un barco a un Gran Pirinero de más de 50kg no es tarea fácil."
Con 21 perros en el barco, no había espacio para la gente, así que Walter, Beasley y el resto de los hombres fueron por el agua.
"Nos colocamos a cada lado del barco y fuimos empujándolo y evitando que volcara para poder salvar a los perros", decía Walter. "Pasamos por ciertas partes donde yo ya no llegaba a tocar el suelo. Algunos de los chicos medían más de 1,80, así que pensé que ellos tocaban el suelo, pero me dijeron 'no, no estábamos tocando.'"
La familia Beasley ya estaba planeando acoger perros de refugios en su gran granero de Bay Area Pet Adoptions. Pero todavía no habían podido, así que tenían espacio para guardar los perros de Walter.
"La verdad que no sé cómo lo hicimos, pero finalmente lo logramos", dijo Amy Beasley.
Los perros se quedaron en la casa de Beasley, a unos 20 kilómetros de la casa de Walter, durante varios días, hasta que Walter encontró hogares de acogida para ellos. Pero el trabajo de Walter todavía no ha acabado. Ahora tiene que limpiar su casa, que fue gravemente dañada por las inundaciones.
"Ya hemos conseguido sacar todo de la casa", comenta Walter.
Walter no consigue sacarse de la cabeza el momento en el que se vuelva a reencontrar con sus perros en su hogar.
Estos perros tuvieron una suerte increíble de estar en manos de Walter. Cientos de animales están desesperados y necesitan urgentemente un refugio donde permanecer secos y muchos cuidados.
"El verdadero trabajo no ha terminado con estos perros", dijo Amy Beasley. "Todavía nos traen muchísimos perros, y todos aquellos que quisieron acoger a perros están desbordados. Así que los recursos de cada uno están llegando a sus límites."
Fuente: The Dodo
Imágenes: Buck Beasly y Betty Walter