Se suele decir que no hay que dar leche a los gatos, ya que es perjudicial para su salud. Pero ¿qué hay de cierto en todo esto? Hoy te contamos todo sobre la leche y los gatos.
La leche no es necesariamente mala para los gatos
Primero, vamos a empezar destruyendo uno de los mitos más extendidos: la leche no es necesariamente mala para los gatos, ya sea un gatito pequeño o un adulto. Pero entonces, ¿por qué se repite lo contrario una y otra vez?
Gatos intolerantes a la lactosa
Resulta que la mitad de los gatos no tolera la leche: estos gatos no tienen la enzima lactasa, que sirve para digerir la lactosa contenida en la leche. Esta enzima suele desaparecer durante el destete, en el momento en el que el gatito recién nacido deja de beber leche materna y pasa a la comida «sólida». Su capacidad de digerir la leche no dejará de funcionar si sigues dándole un poco después del destete.
Sin embargo, es cierto que los gatos no la digieren muy a menudo. Les provoca dolor de barriga, diarrea y les hace vomitar, resultando un poco molesto para los dueños… ¡y los gatos! Y es una pena, ya que les vuelve locos.
Si tu minino es intolerante a la lactosa o simplemente más «frágil» a nivel estomacal que el resto de animales, no intentes dársela a modo de golosina.
Tampoco es necesario preocuparse: aunque sea una buena fuente de proteínas, tu gato no necesita beber leche con regularidad, sobre todo si lleva una alimentación equilibrada.
Leche sin lactosa para gatos
También queremos hablarte de un producto que se está haciendo cada vez más popular: la leche sin lactosa especial para gatos.
Muchas marcas la venden. Es muy fácil hacerse con ella y pensar que tu gato ya no tendrá este problema. Sin embargo, si miramos detenidamente la lista de ingredientes de la mayoría de las etiquetas, podemos ver que la botella contiene leche de vaca. Es cierto que en bajo porcentaje, pero aun así, si tu gatito no tolera la lactosa, ¿cómo podría digerir mejor una bebida «sin lactosa» pero que la lleva de todas formas?
No queremos generalizar, pero debes desconfiar. Lo más sencillo es que lo compruebes por ti mismo haciendo pruebas. Haz lo mismo para la leche «especial» para gatos: es posible que tu gato la soporte, pero tampoco tengas muchas esperanzas, ya que por lo general no es el caso.
De cualquier modo, si la salud de tu gato empeora o si simplemente te planteas la cuestión, no dudes en consultarlo con tu veterinario: más vale prevenir que curar, y aun más cuando se trata de tu compañero favorito.
Recuérdalo: cada gato es diferente y lo mismo ocurre con sus gustos. El agua sigue siendo la bebida que mejor se adapta a los gatos y otros animales.