Shiba Inu

Una raza que se remonta al Neolítico

El shiba inu forma parte de las razas más antiguas de perro y procede de Japón. Las primeras osamentas de la raza datan del 8000 a.C., y medían entre 36 y 48 cm. Se encontraron otras osamentas al norte de Honshū; se trata de dos grandes esqueletos de 57 cm. Estas osamentas son los restos de unos perros que pertenecían al pueblo Jōmon.

A pesar de haber descubierto estas osamentas, aún no se conoce el origen exacto del shiba inu durante esta época. Los investigadores creen que los restos proceden de animales importados de China o Corea.

Distintos cruces de la raza

En el 200 a.C., Japón fue invadido por un pueblo venido del oeste, que expulsó a los Jōmon hacia el norte. Este nuevo pueblo aportó numerosas habilidades, como la agricultura y la creación de armas de hierro y bronce. Sin embargo, la agricultura y las armas no fueron lo único que aportaron, también trajeron a sus perros. Este tipo de perro se reconoce gracias a sus orejas erguidas y a su cola curvada, que también podemos encontrar en el shiba inu y en el samoyedo.Al parecer, estos perros nuevos se habrían reproducido con los de Jōmon, creando así una nueva raza.

En aquella época, los europeos llegaron a Japón acompañados de sus perros, que eran en su mayoría terrier y mastines. La mayor concentración de perros europeos se encontraba en las ciudades portuarias, lugar de residencia de sus dueños. Más adelante, los perros europeos se mezclaron con los locales, dando lugar a una nueva raza. En aquella época, esta nueva raza era muy apreciada por la clase dirigente debido a sus aptitudes para la caza de jabalíes y de ciervos.

Los primeros bocetos de estos perros datan del siglo XIX, y son obra de Diebold, médico neerlandés.

Cuando Japón entró en la era industrial liderada por Estados Unidos y Europa, el país salió de su aislamiento. Numerosos perros extranjeros llegaron al archipiélago, amenazando así a las antiguas razas japonesas debido a los innumerables cruces. Tan solo se conservaron los perros que habitaban en las montañas o en las zonas remotas.

Pequeña anécdota: las peleas de perro eran la moneda de cambio de la época. Para incrementar la fuerza y el tamaño de los perros, se cruzaban los akita con los mastines. En el siglo XX, Japón hizo todo lo posible para preservar su cultura. Los perros de origen japonés se convirtieron en un preciado tesoro. Algunos criadores pusieron todos los medios para devolver el aspecto original a estas razas.

El shiba inu pura raza

El doctor Saito fue el encargado de dirigir esta misión. Fue muy conocido y reconocido por sus numerosos viajes en el país nipón para estudiar los últimos perros «pura» raza japoneses.

Las razas se nombraron según la provincia de origen, a excepción del shiba, que proviene de las montañas de Nagano. El origen del nombre «shiba» es todo un misterio, aunque existen numerosas teorías. Algunos piensan que significa «matorral-seco castaño claro», que estaría relacionado con su función de cazador o su color de manto. Otros piensan que en japonés antiguo «shiba» quiere decir «pequeño», haciendo así referencia a su tamaño. Se cuentan tres tipos de shiba en Japón según su ubicación:

• El shiba shinshu procedía del centro de Japón, en Nagano. Era pequeño, con manto rojo, ojos redondeados y una máscara negra.
• El mino shiba procedía de Gifu, cerca de Nagano. Era más pequeño y también tenía un manto rojo, pero los ojos almendrados, orejas triangulares y una cola extendida.
• Por último, el shiba San’In procedía del sudoeste de Japón. Era de tamaño medio (unos 45 cm) y su manto era negro moteado.

Sin embargo, la mayor parte de shiba fue cruzado con razas europeas, por lo que resulta difícil encontrar un verdadero shiba original.

En 1928, Saito descubrió un shiba pelirrojo con la cola enrollada sobre el lomo en las montañas de Gunma. Al perro lo llamaron Jokkoku, y se hizo tan popular que los japoneses iban a las montañas para adquirir este tipo de shiba inu. Ese mismo año, Saito decidió crear su propio club con un círculo cerrado, el Nihonken Honzonkai. El club fue apoyado por las autoridades y el shiba inu recibió la categoría de símbolo nacional en 1936. En 1932, el club organizó la primera exposición canina.

Las diferentes exposiciones caninas que tuvieron lugar permitieron seleccionar shiba inu para organizar la reproducción de la raza. En 1948, nació un macho que respondía al nombre de Naka Go Akashisho, y sería el fundador del linaje del shiba inu que conocemos hoy en día. En total hubo cuatro linajes, pero la Segunda Guerra Mundial y la epidemia de 1959 hicieron que el número de perros disminuyera, lo que obligó a los criadores a cruzar los linajes.

Sin embargo, los shiba japoneses seguían siendo distintos de los shiba de otros países. El tipo «Nippo» está presente sobre todo en Japón. Por lo tanto, existen numerosos estándares dependiendo del país, según el tamaño y el color.

En 1954, se importó el shiba inu en Estados Unidos, y en 1973 nació el primero. En España, el shiba inu se introdujo a finales de los 80, y sigue siendo un perro que no se ve muy a menudo.