Cada noche, al irse a dormir, deja la puerta de la habitación abierta. Su felino entra y viene a su cama ronroneando. Pero ¿Por qué le entran esas ganas súbitas de venir a dormir conmigo? ¿Qué he hecho para merecer tal honor?

Por la noche, los gatos son muy activos. Aunque, no dudan en venir a visitarnos y dormir algunas horas a nuestro lado.

El bienestar y el calor de la cama: el mejor lugar del mundo

¿Existe algo más cómodo que una cama? Nos encanta estar en la cama, y a nuestros gatos también. No somos tan diferentes. Al dormir, nuestro calor corporal calienta la cama y atrae a nuestros felinos. Además, nuestra presencia dormida no les molesta y se quedan más tiempo que cuando no dormimos. Así mismo, nuestro querido gato viene a acurrucarse en esa cama tan blandita y calentita. ¿Quién no lo va a entender?

Y si suele tener frío, su bolita de pelo será la calefacción perfecta durante las noches más frías.

Además, la proximidad física entre vosotros dos le calma y alivia su estrés. Por la noche, su gato puede sentirse un poco solo, así que viene a visitarle un rato. Al ronronear nos ayuda a dormir y puede reducir nuestro estrés y quitar todos los nervios acumulados durante el día. Dormir con su gato hace feliz.

Para los dueños de un gato, se trata del mejor despertador del mundo. ¿Hay algo más adorable que despertarse junto a una bola de pelos suave y cariñosa? Claro, si forma parte de esos afortunados propietarios de un gato despertador de las 5 de la mañana, seguro que no está de acuerdo con esto. Para todos los demás, seguro que no podéis empezar mejor el día.

 

¿También duerme con su felino?

 

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